Esta mortal enfermedad es producida por un virus conocido con el nombre científico de “EXCUSITO”. Quienes lo portan sufren de atrofia en el músculo de la decisión, posteriormente ataca las glándulas de la acción y la perseverancia. Si no se combate a tiempo causa muerte severa del órgano principal de los sueños, volviendo a la persona reactiva.
El virus excusito se propaga con rapidez, debido a su increíble poder de mutación. Es altamente contagioso, su contagio se da por medio de las palabras.
Ejemplos de algunas formas de contagio, son: no puedo, es muy difícil, me da miedo, no tengo tiempo, mañana lo haré, lo haré siempre y cuando mi jefe…, etc.
En la vida podremos generar resultados o excusas, pero no ambas situaciones. También cuando cambiamos la manera como vemos las situaciones, las cosas que vemos cambian.
En ejemplo de ello podría ser el efecto placebo. Éste es un efecto psico-fisiológico en el que los síntomas de un paciente pueden mejorar con el tratamiento de una sustancia sin componentes químicos o quirúrgicos. Este efecto placebo se puso en práctica en Estados Unidos, en el que unos médicos seleccionaron a 20 pacientes con artritis para operarlos, a 10 de ellos les hicieron la intervención quirúrgica a los otros 10 simularon que los operaron, los resultados sorprendieron a los galenos, todos los pacientes mostraron síntomas de recuperación.
Excusito como todos los virus tiene tres características, se duplica, se infiltra y se propaga con facilidad. La humanidad está en alerta roja, pues este virus amenaza con convertirse en pandemia, poniendo en grave riesgo la vida humana.
Según estudios recientes al parecer el 95% de la población en el planeta está infectada por el virus excusito, tan solo un 5% está vacunada. Las excusas son como los ombligos, todos los seres humanos lo tenemos, tenga cuidado con quienes se reúne, pues usted podría terminar como ellos.
La manera más sencilla para identificar a una persona infectada por el virus, es analizando su lenguaje. Las palabras que emitimos, definen nuestra manera de pensar y de sentir. A través de ellas manifestamos si somos reactivos o proactivos. Un reactivo siempre buscará excusas para aquello que sabe puede hacer, pero que no quiere hacer por negligencia, por resistencia, por pereza o porque simplemente no le da la gana hacerlo, lo peor es que un reactivo siempre buscará obstruir el paso de otros, sencillamente porque el inconformismo consigo mismo le lleva a ser parte del problema y no de la solución. Por su parte un proactivo, es aquel que está vacunado y generalmente siempre está dispuesto a dar más de lo que cree pueda dar, es parte de la solución.
Afortunadamente para la humanidad, la vacuna contra el virus “excusito” ya fue inventada. En el proceso de curación debes tener en cuenta que lo que percibas se vuelve parte de la realidad, este virus modifica tú percepción y la realidad. Las cosas no son como son, sino como tú las quieras ver.
La mejor para la cura es, aceptación y control. Reconoce que estas enfermo y toma acción para enfrentar esas excusas y alejarlas de tu vida, Al fin y al cabo todos los seres humanos tenemos el mismo tiempo todos los días, 86.400 segundos. De ti depende en que los empleas. Si otros pueden triunfar, tú también lo puedes lograr, depende de cómo asumas tu realidad, la culpa no es de los demás, es tuya por cargar con esas excusas a todas partes.
Para romper un mal hábito causado por excusito, haz lo contrario por 10 veces al día, durante 21 días, y verás nuevos resultados en tu vida.
Toma vitaminas para evitar el contagio. Empieza por la vitamina mental de un buen círculo de influencia, aprende a rodearte de gente optimista. Lee todos los días sobre superación y motivación, visualiza como sería tú vida si no existiera esa excusa, busca mentores para imitarlos y aprender de ellos.