El dueño de una fábrica estaba sumamente preocupado porque su principal máquina, la que hacía posible la producción, se había averiado y tenía al personal parado.
Angustiado buscó a un experto que pudiera repararla. Un mecánico, acudió tras el llamado y tan sólo tardó 5 minutos en apretar un simple tornillo que formaba parte del engranaje. El empresario pasmado, pero satisfecho agradeció la labor al obrero y le pidió la factura de sus honorarios.
– Bien, la factura asciende a $500.000 pesos caballero. Dijo el experto.
-¿Cómo? Si solo ha apretado un tornillo y tan solo ha empleado 5 minutos en ello… su precio es abusivo.– Contestó indignado el dueño de la fábrica. – Bueno, verá, la clave no está en que he apretado un tornillo, sino en que sé cuál apretar para que su fábrica no permanezca parada.
La misma operación puedes hacer en tu vida, si ésta permanece detenida. Localizar la falla y luego apretar el tornillo indicado para tomar el control de tú vida para siempre.
¿No te ha pasado que vives como en un estado de letargo, como que es lo mismo todos los días y nada que avanzas, sino que por el contrario como que retrocedes?.. A veces hasta llegas a atribuir tu desgracia a situaciones de hechicería o a causas paranormales.
Pues bien, la raíz de todos tus problemas reside en tú mente. Allí, en el inconsciente, se alojan órdenes que grabamos desde niños, dada la influencia que padres, familiares y todo el entorno que te rodeó programó, allí. Esta mente es como una grabadora que repite y trata de hallar su equivalente físico. Por ejemplo, sin que fuera tu culpa, tus padres te educaron con creencias limitantes hacía el dinero, cuando eres adulto, si no te informas, reproducirás eso que aprendiste de los adultos. Igual situación acontece para el amor, la salud, el trabajo y todo lo demás.
Esto se conoce como creencias. Estas dependen de los hábitos establecidos y que se formaron por la repetición constante de actos. Según estudios, aproximadamente el 80% de lo haces y cómo lo haces cada día, es un hábito. Claro, la mayoría de estos hábitos, no son conscientes, es decir, se dan de manera automática, lo mismo que sucede con la respiración, los latidos de tú corazón y otras actividades, que son controladas automáticamente por tú cerebro.
¡Sí! tú cerebro, allí está la clave de todo. Estos hábitos, buenos y malos, crean una red neuronal, que genera acciones positivas y negativas en tu vida y tu entorno.
El cerebro está conformado por un billón de células nerviosas, llamadas neuronas. Cuando estas se conectan entre sí, crean los pensamientos, que a su vez, producen sentimientos. Todos los días, en tu mente se crean 60 mil pensamientos, estos son la causa de que te sientas triste, deprimido, enfermo o feliz, pues ellos tienen efecto sobre la química y física de tu organismo.
El cerebro construye sus conceptos por la llamada ley de Memoria Asociativa. Y, esto se produce cuando repites, repites y repites un acto, hasta que llega a establecerse en él como una función más que reproduce automáticamente.
Bien, espero que comprendas que todo lo que sucede en tú vida, es debido a esa comunicación neuronal que crea hábitos que de una manera u otra, consciente o inconscientemente grabaste en tú cerebro.
Lo bueno, es que puedes cambiar esos hábitos que están creando una vida indeseable y van en contraposición de tus metas. Primero, debes identificarlos, y seguidamente empezar a aplicar ejercicios que requerirán de disciplina para que seas el dueño absoluto de tú destino.
Una vez descubiertos, y clasificados entre buenos y malos. Analiza el contexto en el que se crearon, evalúa que nuevo hábito necesitas para reemplazar ese antiguo que causa molestia a tu vida, luego toma la decisión de cambiarlo, utilizando para ello una estrategia, que requerirá de tiempo.