TUS CREENCIAS DEFINEN TU ESTILO DE VIDA

Una vez un padre de una familia muy rica, lleva su hijo a pasear por el campo con el firme propósito de que el joven viera cuan pobres eran esos campesinos. Pasaron un día y una noche completas en la destartalada casita de una familia muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a la casa en su flamante automóvil, el padre le pregunta su hijo: ¿Qué te pareció el viaje?  ¡Muy bonito papi! ¿Viste que tan pobre puede ser la gente? Insistió el papá, Si, respondió el niño.  ¿Y que aprendiste, hijo?  Vi, dijo el pequeño, que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina que llega hasta la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. El patio de nosotros llega hasta la pared junto a la calle, ellos tienen  todo un horizonte de patio.  Al terminar el relato, el padre se quedó mudo…. y su hijo le dice: ¡Gracias papi, por enseñarme lo pobres que somos!

Las creencias se definen como los pilares de nuestro pensamiento a través del cuales modificamos nuestra conducta y nos permiten interpretar la realidad de acuerdo a la percepción de los hechos o situaciones.

Las creencias pueden influir y determinar la inteligencia, la salud, la creatividad, las relaciones interpersonales e incluso la felicidad y el éxito personal. Tanto es así que si alguien cree que es posible lograr aquello que se propone a pesar que la realidad muestre lo contrario, ¡lo hará!, y si cree que no es posible, por grande que sea el esfuerzo o la ayuda externa que reciba, ¡le será imposible lograrlo!

La mayoría de las creencias que albergamos nos fueron transmitidas por herencias dadas por nuestros padres, maestros, por el entorno social y por los medios de comunicación. Estudios demuestran que de los cero a los 8 años se forma el 85% de la personalidad de un niño, y que también en nuestro medio a la edad de 8 años, un niño ha escuchado 148 mil veces la palabra “NO”, generando chicos con baja autoestima y deficiencias para responder asertivamente ante situaciones delicadas.

Pero, si estas creencias son tan poderosas para modificar nuestro estilo de vida, ¿es posible controlarlas o modificarlas para que no nos controlen, y, es posible cambiar viejas creencias que nos limitan e instalar nuevas formas de pensar para mejorar nuestro modo de vivir?

Tomemos el ejemplo de una persona a la que le diagnostican un cáncer, ella asume esa enfermedad como el fin, que ya está muerta y que cualquier cosa que se haga para tratar de aliviarla de nada servirá,  total, se va a morir. Sin embargo, una segunda persona en similar situación, decide que va a luchar por vencer esa enfermedad terminal y se dispone a cambiar.

Allí está el secreto para empezar a modificar las creencias, decidirse a cambiar. Cuando alguien está preparado para cambiar, el camino está abonado para instalar nuevos esquemas de pensamiento, pues esta persona abre las puertas de su entendimiento y cualquier ayuda externa será bien recibida. Y, entonces si esa persona cree que puede cambiar, ¡cambiará!

El objetivo de las creencias es generar un nivel de motivación alto, permitiendo que ese individuo logre alcanzar lo propuesto sin importar las situaciones difíciles que puedan presentarse en el proceso de su recuperación. Igual sucede para otras circunstancias de la vida. Sin embargo, si la persona pierde el rumbo, las creencias pueden desplomarse haciendo que se pierda el interés  por continuar.

También, algo muy importante en el establecimiento de nuevas creencias es la ayuda que se recibe del entorno, la relación de esa persona que decidió cambiar con otras con actitud mental positiva es fundamental, de lo contrario los esfuerzos serán negativos y en consecuencia será difícil establecer un nuevo sistema de creencias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *