La mejor enseñanza sobre cómo tratar con personas complicadas nos la dan los niños. Cuando alguien los molesta, sencillamente se levantan y se van para otro lugar. Aprendamos de la sabiduría infantil, ellos no enfrentan a quien les complica la vida, ellos evitan encararlos para no entrar en discusión.
Sin embargo, los adultos hacemos lo contrario. Cada vez que alguien nos ofende respondemos de igual manera, y en consecuencia nos llenamos de ira, haciendo que la discusión tome una dimensión mayor, generando con ello, altercados y hasta problemas serios que afectan nuestra salud física y emocional.
Personas difíciles, podría denominarse a aquellos individuos con muchos complejos y necesidades sin resolver, que los impulsa a agrandar su imagen, sin importarles humillar a los demás. Son personas que guardan un rencor oculto, que en la mayoría de los casos estalla con quien primero se les cruce en el camino.
El sicólogo estadounidense Abraham Maslow, en su pirámide de las necesidades, establece en cinco clasificaciones, los deseos de todos los seres humanos. De acuerdo a Maslow, una persona conflictiva o difícil, podría ser aquella que aún no ha resuelto parte de estas necesidades y en consecuencia tiene muchos deseos insatisfechos.
Estas necesidades, son: Las Fisiológicas, que se refieren a respiración, alimentación, descanso y sexo. Las de Seguridad, que manifiestan la seguridad física, de empleo, de dinero, de salud y de propiedad privada. Las Necesidades de Afiliación, que indican el deseo de amar y ser amado, de afecto y amistad. Las de Reconocimiento, que señalan el camino al éxito, el auto reconocimiento, el respeto y confianza. Y, las de Autorrealización, que implican la satisfacción y cumplimiento de metas y objetivos, la necesidad de ser alguien que logre su trascendencia.
Si usted, a diario tiene tropieza con personas que difícilmente logran satisfacer sus primeras necesidades, evite confrontar con ellas, entiéndalas, pero no se inmiscuya en una discusión personal, pues terminará perdiendo, ya que estas personas, por la misma situación en la que viven, tratarán de hacer que su vida al igual que la de ellas sea complicada. Por lo general, su autoestima es baja, lo que hace que tengan poco afecto por sí mismas.
La vida humana es como una película. Hay un actor o actriz principal, en tú caso eres tú mismo, eres la estrella de tú filme. Existen actores invitados, de reparto y secundarios, personas que vemos de manera seguida, que están cerca de nosotros y algunas que pasan sólo una temporada a nuestro lado, en este caso, están padres, hermanos, familiares, cónyuge, amigos, maestros y compañeros de trabajo y estudio. También hay villanos, estos son necesarios, pues de otra manera la vida no tendría sentido, pues una película sin malos no tendría acción.
Aquí, espero que reflexiones detalladamente y lo apliques a tú vida personal. Que papel protagónico le das a esos perversos que tratan de complicarte la vida. Si es así, eres el responsable de que tú película tenga un final triste y aburrido, pues estás dándole a esas personas un papel protagónico. Ten en cuenta que nadie puede complicarte la vida a menos que tú lo permitas. Ten presente que es tú cinta cinematográfica, y que en este caso eres el director y el libretista, tienes la opción de escribir y de cambiar el guión cada vez que lo consideres necesario, si es el caso contrario y alguien escribe tú libreto, está fallando tú autoestima. Eso se llama dependencia.
Dentro de los complicados podemos encontrar a los que tienen personalidad de “yo – yo”, son aquellos que cada vez que dices algo, se adelantan para presumir que ellos lo hicieron antes que tú o que ya lo sabían. También están los que ni viven, ni dejan vivir, estos son los amargados, se quejan por todo, dicen “si yo sufro, tú también. Igualmente, encontramos a los que no viven felices, los mártires o víctimas y están, los que viven y dejan vivir.